Durante años se ha sostenido que los gatos son animales fríos, interesados y que solo buscan a las personas por alimento. Sin embargo, investigaciones científicas y estudios de etología felina revelan una realidad diferente: los gatos no solo sienten afecto por sus cuidadores, sino que también pueden sufrir ansiedad por separación.
Un estudio publicado en 2017 por la Universidad Estatal de Oregón y la Universidad de Monmouth, en Nueva Jersey, demostró que la mayoría de los gatos prefieren interactuar con sus humanos antes que jugar o comer.
Posteriormente, en 2020, investigadores comprobaron que los felinos forman lazos de apego similares a los que establecen los perros. La investigación, difundida en la revista Behavioural Processes, concluyó que los gatos disfrutan más del contacto humano que de la comida.
Nueve señales de afecto en los gatos
Según los expertos, existen diversas señales que indican que un gato siente afecto hacia su humano:
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Parpadeo lento: considerado un «te quiero» en lenguaje felino.
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Frotarse contra ti: busca integrarte a su grupo social.
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Seguirte por la casa: desea permanecer cerca de ti.
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Amasarte con las patas: expresa seguridad y comodidad.
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Maullar para comunicarse: un gesto cariñoso reservado para los humanos.
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Dormir encima de ti: símbolo de máxima confianza.
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Colarse en tu cama: busca protección y cercanía.
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Cola en alto y vibrante: manera alegre de saludarte.
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Mostrar la panza: gesto de confianza, aunque no siempre implique una invitación a acariciar.
Es importante señalar que no todos los gatos manifiestan su afecto de la misma manera. Mientras algunos son más efusivos, otros pueden ser más reservados.
La clave está en ofrecer un entorno seguro y afectuoso, especialmente durante las primeras semanas de vida, etapa crucial para su desarrollo emocional.
Así, lejos del mito de la indiferencia, la ciencia confirma que los gatos también aman, aunque lo expresen de una forma muy particular.
